Te contamos todo sobre lo que pasó esta semana en las conferencias de prensa de la Casa Rosada y qué significa ser el vocero presidencial.

El vocero presidencial, Manuel Adorni, estuvo en el centro de la polémica al anunciar dos propuestas innovadoras (y controvertidas): implementar un “botón muteador” para silenciar a periodistas que excedan los tiempos en las conferencias y establecer un sistema en el que la gente vote qué periodistas participen. Además, habló de un “código de vestimenta” y otras medidas para profesionalizar la sala de prensa.

Entre bromas e ironías, Adorni justificó estas ideas como formas de garantizar la libertad de expresión y mejorar el intercambio entre el gobierno y los medios. Sin embargo, estas propuestas reavivaron las tensiones entre la administración de Javier Milei y los periodistas, especialmente en un contexto donde entidades como FOPEA y ADEPA ya habían señalado preocupaciones por posibles restricciones a la libertad de prensa.

¿Qué son las conferencias de prensa?

Son espacios donde el gobierno o una organización dialogan con periodistas acreditados para responder preguntas, aclarar políticas o anunciar medidas. En el caso de la Presidencia, estas conferencias permiten informar al público a través de los medios y promover la transparencia.

Actualmente, las conferencias en Casa Rosada funcionan con un sistema de sorteo entre medios acreditados para asignar preguntas. Sin embargo, las nuevas propuestas buscan modificar este esquema y abrir la participación a youtubers, influencers y otros comunicadores, en línea con prácticas adoptadas en gobiernos como el de Donald Trump en Estados Unidos.

El rol del vocero presidencial

El vocero es la cara visible del Gobierno frente a la prensa. Su trabajo principal es comunicar las posturas oficiales, explicar decisiones y manejar la relación con los medios. Pero ser vocero no es solo hablar: también implica escuchar, transmitir empatía y planificar estrategias de comunicación junto a la Secretaría de Prensa, que asiste al Poder Ejecutivo en la difusión de mensajes oficiales.

El desafío es enorme: el vocero debe ser claro, confiable y equilibrar la transparencia con la estrategia política. 

¿Hay match o no hay match?